Crear, tocar, mirar y sentir: cultura científica en estado puro

El Festival Federal de Ciencia Elijo Crecer tuvo lugar los días 6 y 7 de abril en múltiples puntos de Argentina. El motor que despertó y movilizó la iniciativa fue (y es) el cumplimiento de la ley de financiamiento de CyT, la oposición al desmantelamiento del sistema científico- tecnológico y los reclamos por los despidos en el Estado. En esta primera entrega, algunxs de lxs organizadorxs y colaboradorxs que trabajaron arduamente para que el Festival tenga éxito comparten cómo vivieron el proceso y cómo fue el intercambio y la interacción con sus comunidades.

Nodo Junín y San Martín de los Andes
Antonella Panebianco

Cuando decidí completar el formulario para llevar adelante el festival Elijo Crecer en Junín y San Martín de los Andes, creo que mi elección fue más una respuesta impulsiva que una decisión meditada. En ese momento, sólo sabía que necesitaba convertir mi frustración en algo más productivo, en una acción concreta de lucha y resistencia.

Organizar el festival implicó un trabajo enorme, hecho a pulmón y en paralelo con otras actividades y obligaciones de nuestro quehacer científico diario. Fue un trabajo de día y noche. Por suerte, no estaba sola. Este festival revalorizó nuestra capacidad de organizarnos y encontrarnos como personas que no vamos a quedarnos de brazos cruzados frente al atropello que estamos atravesando, tanto a nivel local como a nivel nacional. Las palabras a continuación resumen y acompañan el sentimiento de todas las personas que formamos parte de la organización del festival.

En Junín y San Martín de los Andes, conformamos una comisión de trabajo diversa y plural, que nos permitió ir avanzando a paso firme y que nos dio mayor alcance a la comunidad. A nivel nacional, sentimos el acompañamiento de todas las personas que estaban en la misma en cada rincón del país, lo que reforzó nuestra convicción en la importancia y necesidad de esta iniciativa.

En ambas ciudades, tuvimos muy buena recepción por gran parte de la comunidad. Cientos de personas asistieron al festival con un gran interés en conocer el trabajo que realizamos en el ámbito científico en la región. Especialmente gratificante fue multiplicar el contacto con las infancias y su curiosidad infinita. Este festival también representó una acción de lucha para garantizar que elegir una carrera científica en el futuro siga siendo una opción viable.

Observamos un gran interés, pero al mismo tiempo, un importante desconocimiento sobre nuestra labor, lo que nos lleva a reflexionar sobre nuestra relación con la comunidad a la que pertenecemos. Debemos mejorar tanto cualitativa como cuantitativamente la forma en la que difundimos y compartimos nuestro trabajo, lo que representa para nuestras comunidades y, también, la forma en la que nos planteamos prioridades, preguntas e hipótesis al encarar proyectos. Necesitamos establecer canales de comunicación que fomenten la apropiación popular del conocimiento.

Nos da esperanza pensar que las personas que asistieron al festival se han convertido en multiplicadores del mensaje, compartiendo en los distintos espacios que habitan, lo importante que es hacer y defender la ciencia y la universidad pública en nuestro país, para crecer, para construir una idea de soberanía y para proteger el lugar donde vivimos.

Elijo Crecer nos dejó un sinfín de sensaciones. El festival fue una experiencia de adrenalina y catarsis, que nos permitió canalizar mucho de lo que veníamos sintiendo en una acción concreta y colectiva. Valió TODO el esfuerzo: cada minuto, cada reunión y cada debate. Y lo volveremos hacer todas las veces que sea necesario. El festival fue una verdadera celebración de todo lo que hacemos con tanto amor y tanta pasión.

Esta oportunidad también fue un espacio de encuentro en múltiples dimensiones. En primer lugar, con nuestra comunidad, comprendiendo la necesidad de crear nuevos lazos con el territorio del cual somos parte e integrantes en su dinámica. Además, fue un momento de encuentro con otros sectores que ocupan espacios en el arte y en la cultura, que también están en la lucha, y nos allana el camino para articularnos mirando hacia al futuro. Por último, este festival fue un espacio de encuentro y movilización entre quienes estamos dispuestos a dejarlo todo por defender la ciencia argentina, la educación pública, el país que queremos construir y el mundo que queremos habitar. Tenemos la certeza de que este es el camino.

Nodo Mar del Plata

Como en todos los nodos del país, la organización del festival Elijo Crecer en Mar del Plata comenzó respondiendo un tweet, a ver quién se prendía en una especie de “Cienciapalooza”. Tan lastimados venimos, tan golpeados, que fuimos muchos a lo largo y ancho del país que dijimos que sí. En Mardel la respuesta fue increíble. Pudimos organizarlo con poco tiempo, porque fue muy complicado encontrar un espacio. Por suerte el museo MAR nos recibió con una enorme generosidad y el entusiasmo por participar de la muestra fue contagioso. El grupo de WhatsApp se llenó de ideas, de gente de áreas de lo más diversas. Y fuimos contándonos qué podíamos hacer, qué actividades realizar para apelar a la curiosidad, para atraer a las personas y contarles. Lo que hacemos y cómo estamos.

Presentamos actividades de todos los institutos de CONICET de la ciudad, de los institutos, las Facultades y Departamentos de la UNMdP y el INIDEP. Buscamos hacer divulgación de la ciencia que hacemos como una forma de acercarnos a la gente y que conozcan y se interesen por estos proyectos. Entre las actividades que se presentaron, hubo talleres de extracción de ADN, de biomecánica en animales, se vieron panales de abejas en acción, estudios sobre mosquitos, sobre hongos, sobre el intermareal de Mar del Plata, sobre el agua de consumo. Hubo muestras del INIDEP donde se podían ver tiburones de la zona, un observatorio de aves, un taller sobre ESI, actividades de física y matemática y muestras de biomateriales entre otras.

Todas las actividades eran para mirar, tocar, conocer, leer y preguntar. La tarde fue hermosa y soleada y la explanada del museo, a metros del mar, se llenó de familias, de gente que pasaba y se acercó, de parejas, de jóvenes, de niñas y niños curiosos y ávidos por descubrir y sorprenderse. La convocatoria fue tan grande que nos asombró y emocionó por igual.

En un contexto tan difícil, sentir este apoyo tan grande fue realmente hermoso. Una multitud colmó la muestra y nos dejaron mensajes, palabras de aliento y hasta abrazos. Seguimos mirando las fotos y videos y nos sigue pareciendo increíble haber llegado a tanta gente. Nos dimos cuenta de que somos más de los que creíamos. Que a defender la ciencia se suma la sociedad toda. Porque como dice el lema del festival, en tiempos difíciles, elegimos crecer. Y no estamos solxs.

Nodo Diamante, Entre Ríos
Investigadores, Becarixs, CPA y trabajadores Art. 9 del CICYTTP

Este festival fue necesario. La producción de conocimiento es un valor y llevarla adelante es un trabajo. También queremos compartir la pasión que tenemos al hacer nuestro trabajo. Sentimos orgullo por la ciencia argentina y creemos que debemos integrarla con la comunidad de cada rincón del territorio. Para mostrar lo que hacemos, pero también para escuchar cuáles son las necesidades y dialogar con nuestra sociedad.

El festival se realizó en el Mirador Hernán Pujato, de Diamante, el domingo 7 de abril desde las 16 a las 19. Compartimos con el público en general las investigaciones y trabajos que se desarrollan en Diamante y la Región en una hermosa tarde de sol y con un excelente clima de intercambio entre expositores y asistentes en general.

Reivindicamos que este festival es futuro. Ningún país logró crecer sin apostar a la ciencia y la tecnología. Las actividades se plantearon como estaciones de ciencia, de manera simultánea y estables, donde los diferentes grupos de investigación del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción (CICYTTP – CONICET) planificaron actividades interactivas. Contamos durante toda la tarde con una Radio Abierta, conducida por trabajadores del CICYTTP. Se realizaron entrevistas a la doctora Mariana Brea, directora del Centro) y a Andrea Martínez y Matías Peralta, licenciadxs y becarixs doctorales de la institución.

Además, hubo entrevistas a trabajadores del Parque Nacional Pre-Delta, también afectadxs por los recortes presupuestarios y despidos bajo el DNU 84/2023. Un tema que convocó a los más grandes e incluso a funcionarios del Municipio fue la problemática de los desprendimientos en la barranca donde se asienta el Mirador, donde se llevó a cabo el festival, y que es una problemática de relevancia en la ciudad.

Dentro de las actividades culturales contamos con la participación de artistas locales haciendo una demostración de Candombe “Cuerda de Tambores” (hermanos Estefanía y Fernando Jordán) y un cierre musical a cargo de Árapoty Dúo, una propuesta artística de músicas del litoral conformada por Agustina Monzón en voz y Mauro Leyes en guitarra.

Creímos que el festival era urgente. Porque el sistema científico-tecnológico está paralizado y lo están desmembrado trabajador a trabajador, oficina a oficina, instituto a instituto. No podemos quedarnos de brazos cruzados frente a la inminente destrucción de lo que con tanto esfuerzo supimos conseguir particularmente en Diamante.

Nodo Necochea- Quequén
Valeria Elichiry y Luciano Valenzuela

Organizar el Festival Elijo Crecer nodo Necochea-Quequén fue un verdadero desafío y un gran disfrute. Somos una pequeña comunidad de trabajadorxs de la ciencia, sobre todo CONICET, distribuida en varios equipos pertenecientes a distintas instituciones -Universidades Nacionales, Áreas Municipales, etc.- y con temáticas de investigación muy dispares. Nos une la firme convicción de que al sistema científico-tecnológico lo defendemos entre todxs y de que necesitamos reflexionar, junto a otrxs, sobre la importancia de los conocimientos.

El apoyo local fue fundamental: colaboraron amigxs, familia, personas conocidas, artistas, instituciones culturales locales -como el Centro Cultural Necochea y la Biblioteca Popular- que aportaron con mucho cariño sus conocimientos, proyectos, experiencias, su trabajo, su arte. También contamos con la siempre importante difusión de los medios de comunicación locales. Además, la coordinación y comunicación con otros nodos fue fundamental para compartir ideas, alegrías y frustraciones.

Fuimos el nodo con más horas de festival (¡10 en total!). Las dudas de siempre: “¿Vendrá gente? ¿Generará interés? Quienes vengan, ¿se quedarán todo ese tiempo? ¿Sabrán quiénes somos y qué hacemos? ¿Tendremos confrontaciones agresivas?» ¡La experiencia nos marcó que la comunidad nos apoyó en gran número, a la vez que otro pequeño sector indicó que no se enteró del evento! Más de 300 personas, a lo largo del día, se acercaron a la clase pública, los stands, charlas de ciencia, los talleres para niñxs y las intervenciones de artes plásticas y musicales.

Especialmente, nos interesó articular distintos lenguajes (arte-ciencia-educación) y también recuperar sentidos sobre la ciencia, sobre los conocimientos y sobre la destrucción del sistema científico-tecnológico, por parte de personas no pertenecientes al ámbito científico. La frase más repetida en el cuaderno que hicimos circular fue «no al recorte en ciencia«, pero, además, se plasmaron ideas con respecto a la ciencia como trabajo, como poder, como posibilidad de fantasía, de soñar mundos y de vínculos con el territorio; como pasado, presente y futuro; como sinónimo de salud, de crecimiento y de desarrollo; como dimensión humana y, sobre todo, como necesidad colectiva.

La jornada, cansadora y movilizante para quienes organizamos -científicxs no preparadxs para estos menesteres-, se caracterizó por la buena onda, el diálogo constante, la reflexión y la celebración sensible por la defensa de la ciencia y la educación pública de nuestro país. La sensación final fue de alegría y esperanza, pero también que debemos hacer más por la comunicación de la ciencia. Entendemos que la comunidad tiene respeto y aprecio por nuestras actividades, pero, a pesar de nuestros intentos individuales y grupales de comunicar lo que hacemos, aún falta mucho para instalar en las conversaciones locales las capacidades existentes y la importancia de contar con trabajadorxs de la ciencia en nuestra región.

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