Una tierra de fuego e historias de ciencia que merecen ser contadas

 Fuente imagen: gentileza de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

*Por Florencia Yanniello (especial para Entre tanta ciencia)

Ushuaia se presenta con arrebato, te saluda con un abrazo glacial, conmovedor. Hay algo poderoso que pasa en el cuerpo al pisar en pleno invierno esa tierra a 58° de la latitud austral. La combinación de montañas impolutamente blancas, con un puerto marítimo atiborrado de barquitos pescadores, configuran un paisaje insuperable. Llegué muy temprano en la gélida mañana del 28 de junio y en el aeropuerto se cortó la luz. 

—No hay electricidad en toda la ciudad y parece que va a tardar varias horas en volver —dice en voz alta una señora que habla por teléfono mientras espera su valija junto a la cinta transportadora. Habrá que tener paciencia, pienso, algo que nunca sobra en los aeropuertos.

Viajé, a las Segundas Jornadas Provinciales de Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología, organizada por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Estoy realmente entusiasmada con la idea de conocer la isla y de poder compartir tres días de intercambio con colegas comunicadorxs y científicxs de distintas ramas, interesadxs en poder contar sus investigaciones y descubrimientos para que los entendamos la mayoría de lxs mortales. 

—¿Vos sos Flor? Soy Consuelo Angaroni, directora provincial de Planificación en Ciencia y Tecnología, lxs vine a buscar yo, porque al chofer se le congeló el auto y no pudo venir.

Con una sonrisa a medio camino entre ironía y resignación por los imponderables, me presentó a Florencia Labombarda, doctora en Neurobiología y divulgadora de la plataforma “Tomátelo con ciencia”, otra de las invitadas a las Jornadas, que a la tardecita de ese mismo día me dejaría boquiabierta con su exposición sobre neurofeminismo, expresión desconocida por mí hasta ese momento. 

Se nos sumó enseguida Andrés Rieznik, doctor en Física y divulgador científico, especialista en neurociencias y comportamiento humano, o como le gusta presentarse: “el Matemago y conductor de la Liga de la ciencia”. Me sonaba de la tele, claro. 

Faltaría encontrarnos un rato más tarde con el cuarto integrante de esta comitiva, integrada por personas diversas que viajamos a compartir talleres y charlas que abordan la comunicación de la ciencia desde aristas y formatos distintos, pero complementarios: Nicolás Camargo Lescano, periodista científico y coordinador de la Agencia CTyS. de la Universidad Nacional de La Matanza y director de este mismo sitio. Además de todo eso, hincha de Boca. Al día siguiente tendríamos un gran debate sobre destrezas e idolatrías: ¿Riquelme o Palermo? Obvio que Riquelme, al menos en mi opinión.

***

El corte de luz duró varias horas más y tuvimos que cambiar el lugar de las actividades. Como buena barilochense, sé que las inclemencias climáticas son habituales en los inviernos patagónicos y no me alarmé. Aunque me hice la canchera ante mis compañerxs de Buenos Aires, debo admitir que los -12 grados me generaron cierto desasosiego.

A pesar de las circunstancias, las actividades tuvieron muy buena repercusión. Nos trasladamos al Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), en donde conocimos al resto del dream team de la Secretaría: Adolfina Savoretti, Luisina Cingolani, Yanina Toledo y unas cuantas compañeras más que con responsabilidad y entusiasmo organizaron el encuentro.

Mate en mano, terminamos de acondicionar el espacio para el primer taller, mientras fueron llegando lxs participantes. El apagón hizo que la calefacción no funcionara como esperábamos; el sistema de calderas tardó en volver a templar el ambiente, pero todxs pusimos buena voluntad y con las camperas puestas avanzamos en el cronograma. La Patagonia es así y así la queremos.

Nicolás rompió el hielo —nunca más literal— con su taller de periodismo científico. Con una serie de preguntas abiertas a lxs participantes, inició un espacio de intercambio sobre los recursos y herramientas con los que contamos para narrar la ciencia. En un espacio ameno e informal, en donde la calidez humana le ganó a la baja temperatura, debatimos sobre fuentes periodísticas, planificamos proyectos de podcast y micros audiovisuales y pensamos propuestas para unir esos dos “mundos” que aparentan ser tan disímiles: el periodismo y la ciencia.

La misma gente que participó del primer taller se quedó al segundo: Comunicación Pública de la Ciencia ¿para quién y para qué? Esta propuesta, la cual coordiné, intentó interpelar a comunicadorxs, docentes y científicxs sobre la importancia de construir, desde el diálogo de saberes, comunicaciones que conecten a la ciencia con los temas sensibles para la comunidad

Algunas de las postales en el CADIC. Fuente imagen: gentileza de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.


Con un público notablemente participativo, se generó una buena retroalimentación. Partiendo de ejemplos locales sobre investigaciones de fauna marina, de la problemática de la cría de salmones, las megaobras de infraestructura con impactos ambientales, los descubrimientos arqueológicos y los avances en tecnología, ensayamos propuestas de buenas prácticas divulgativas. La distancia irreconciliable o desconfianza entre científicxs y periodistas fue quedando un poco más difusa. Construimos puentes, tratando de entender las lógicas y tiempos distintos de cada rubro.

Al cerrar el taller, nos fuimos para la Fábrica de Talentos, megacentro que reúne oferta educativa, cultural y laboral sobre la industria del conocimiento. Ya con luz y calefacción, pudimos presenciar las dos actividades restantes de este primer día de las Jornadas.

***

—Este lugar antes era un casino, lo compró la provincia hace poquito y se empezaron a hacer algunas actividades —cuenta Luisina, de la Secretaría y recuerda la alfombra anaranjada y las diferencias del edificio cuando aun era un centro de juegos de azar. El escenario es amplio y lujoso. Tiene una pantalla enorme y unas cómodas butacas, en donde nos sentamos a presenciar el show de Matemagia.

Con música épica y humor, Andrés logra la fascinación de grandes y chicxs. 

—La matemagia no es hacer magia mientras tomo mate, es una combinación de mis dos grandes pasiones: la matemática y el ilusionismo o la magia.

Comienza haciendo algunos cálculos mentales a una velocidad imposible, mientras le pide al público que chequee con las calculadoras de sus celulares. Eleva al cuadrado números de dos y de tres dígitos proporcionados por lxs espectadorxs, que anonadadxs con cada acierto, intentan buscar explicaciones: ¿se aprende todo de memoria? ¿tiene un poder sobrenatural?

—Nada de poderes o saberes innatos, esto lo practico hace muchos años varias horas por día y cualquiera de ustedes podría hacerlo.

Dos niños de unos diez años, sentados delante de todo, lo miran con ojos bien abiertos y no se pierden ni un movimiento del matemago que suma, multiplica y juega con los números como pez en el agua.

Seguidamente comenzó la charla “Sexo-Género y cerebro humano: del cerebro binario al cerebro en mosaico”. Florencia, locuaz y didáctica, deconstruye con destreza artesanal y lenguaje accesible las teorías de la neurociencia sobre la diferencia biológica entre los cerebros femeninos y masculinos. Compartiendo estudios y resultados de un grupo de neurofeministas, la investigadora del CONICET en el Instituto de Biología y Medicina Experimental explica el concepto de “cerebro en mosaico” y las conclusiones a las que llegan estos estudios: no hay un cerebro que funcione por determinación biológica de tal o cual manera por ser mujer o varón, como planteó durante décadas la neurociencia, sino que los cambios en su funcionamiento están condicionados principalmente por las experiencias culturales y los condicionamientos relacionados a los estereotipos de género.

Hasta en esos impensados ámbitos opera el patriarcado.

***

En el segundo día de las Jornadas estaba previsto repetir las mismas cuatro actividades en la localidad de Río Grande. Salimos a media mañana desde Ushuaia en una Trafic manejada por el gran conductor y conversador Walter, que comandó con habilidad el vehículo por una ruta cubierta por hielo durante la mayor parte del viaje.

—Tenemos que hacer la parada obligada en la panadería de Tolhuin —dijo Adolfina y nadie se negó. 

En ese pequeño pueblito, a mitad de camino entre las dos ciudades más importantes de la provincia, la panadería La Unión es el punto ineludible de viajerxs que recargan el agua para mate y compran chipá, facturas o sanguches para continuar camino. Decorada con cuadros de lxs famosxs que pasaron por el local y la música a un volumen poco habitual para un negocio de panificados, se convierte en un verdadero atractivo turístico.

El paisaje es hermoso. A pesar de la nubosidad, pudimos apreciar las montañas, la vegetación envuelta perfectamente en blanco, los lagos congelados, el cerro Castor —conocido centro de esquí andino—, y luego del cruce de la cordillera: la inmensidad y la vasta planicie de la estepa. Viajar con una bióloga a bordo, que realizó su doctorado en esa zona, tuvo sus ventajas: Adolfina nos habló de las turberas, pantanos lacustres, de la invasión de especies exóticas y los incendios forestales.

En Río Grande, la ciudad más poblada de toda la isla, alojada en plena estepa magallánica, repetimos los talleres y charlas. El público se renueva.

Llegamos al Centro Cultural Yaganes y Facundo Quediman, técnico a cargo de la sala, nos recibió y preparó el sonido y pantalla con amabilidad. Mientras Nicolás se preparaba para comenzar el taller de periodismo científico, me puse a charlar con Facundo. 

—¿De dónde sos? —me preguntó.

—De Bariloche

—¡Ah! Yo soy mapuche, mapuche chilote

—Mirá vos, ¿cómo llegaste a Ushuaia?

—Y… migraciones de mis abuelos y padres. Pero en la Isla hay mucha población indígena, en el Censo del 2010 salió que hay casi mil personas mapuches reconocidas en la provincia. Está bastante invisibilizado esto igual.

Le conté que formaba parte de una radio comunitaria y que estaba comprometida como periodista con la realidad del Pueblo Mapuche y esa conversación derivó en una entrevista que saldría al aire semanas después por Radio Piuke. Facundo es parte de la Cátedra Libre de Pueblos Originarios de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y activista en distintos espacios relacionados con la temática indígena. 

***

Los talleres en Río Grande tuvieron un auditorio más periodístico que científico. Lxs asistentes fueron nuevamente muy participativxs. Hubo debate, planificación de piezas comunicacionales sobre ciencia, intercambio sobre problemáticas locales y análisis de fuentes y recursos para contar las historias científicas con una perspectiva crítica y situada. Luego, se repitieron el show de matemagia y la charla de sexo-género y cerebro. Pero, lamentablemente, algunxs tuvimos que irnos antes, porque debíamos emprender el regreso a Ushuaia.

La vuelta a la capital fueguina fue de noche y Walter manejó la trafic prácticamente por una pista de patinaje sobre hielo. Él, su copilota Julieta, Adolfina y Nicolás fueron grandes compañerxs de viaje. Las conversaciones pasaron por todos los temas: desde experiencias paranormales, hasta fútbol. Llegamos tarde y hambrientxs a Ushuaia. Entre milanesas y papas fritas, planeamos nuevos talleres y Nicolás me propuso escribir una crónica sobre las Jornadas para este portal.

—Tiene que ser narrativa, contar todo lo otro, el corte de luz, todo lo que vivimos estos días.

***

No pude participar del último día, porque mi vuelo salía temprano el viernes. Las actividades de cierre fueron en Ushuaia e incluyeron más de quince presentaciones breves de científicxs locales que expusieron sobre inteligencia artificial, comunicación ambiental, gestión de residuos domiciliarios en Ushuaia, comunicación pública de la paleontología, tecnología y educación inclusiva y fotografía y video submarino. También hubo una disertación del reconocido investigador y divulgador científico, Diego Golombeck y un cierre con de Andrés, Florencia y Nicolás.

Las jornadas también tuvieron lugar en la Fábrica de Talento. Fuente imagen: gentileza de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.


Me consta, por los comentarios de mis compañerxs, que la última jornada fue muy valiosa. Todxs coincidieron en el gran compromiso fueguino por reflexionar y compartir experiencias de comunicación de la ciencia y en la importancia de las Jornadas para construir una comunicación pública, accesible, diversa y transformadora. 

***

El regreso a casa fue largo. Un detalle: en un país que se jacta de ser muy federal, para ir desde Tierra del Fuego a Bariloche hay que pasar sí o sí por Buenos Aires

—Estamos acostumbradxs a que para todo tenemos que ir a Buenos Aires —respondió Adolfina a mi pregunta atónita, de tener que hacer 4000 kilómetros hacia arriba, para luego bajar 2000.

Me fui de Tierra del Fuego con la sensación de que hay muchas cosas importantes que están pasando allá. Me parece significativo ponderar la perspectiva regional, siempre parece que “todo pasa” en los grandes conglomerados. El sur es relativo y unitario: para lxs fueguinos, Bariloche no es el sur.

—Es la Patagonia, sí… pero no es el suuuuuuur —me decía entre risas Yanina, de la Secretaría. 

Claro, siempre hay algo más austral debajo nuestro. 

En esa cautivante provincia, la comunicación y la ciencia están agarradas de la mano, emprendiendo un camino interesante. Me llevo una gran experiencia, conocí excelentes personas, de lxs cuales aprendí mucho.

Habrá que volver.

Florencia Yanniello
Ver más publicaciones del autor

Florencia Yanniello es periodista y doctora en Comunicación por la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente es becaria posdoctoral CONICET en el Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos del Cambio en la Universidad Nacional de Río Negro y docente de posgrado. Forma parte del Grupo de Estudios sobre Memorias Alterizadas y Subordinadas (GEMAS) y de la Red Nacional de Acción Ecologista. Integra Radio Autónoma Piuke, de San Carlos de Bariloche, y colabora con distintos medios, escribiendo sobre ambiente y pueblos originarios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *